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Para entender lo que significa el gobierno de personas en la empresa, primero es necesario entender todas las dimensiones de la persona como eje de la organización.
Pablo Ferreiro, cofundador del PAD-Escuela de Dirección, tiene un amplio conocimiento sobre este tema en particular. Junto a Manolo Alcázar, profesor de la Maestría en Gobierno de Organizaciones del PAD, comparten la autoría del libro El gobierno de personas en la empresa, que lleva ya más de 30 mil copias vendidas a la fecha.
En resumen, el libro brinda un panorama bastante pertinente sobre la persona, la organización, el liderazgo y la motivación. A continuación, algunos de los puntos más resaltantes de esta obra.
Los expertos comparten que, para entender las dimensiones del gobierno de personas, primero se debe comprender qué es una persona, ya que ello puede dar solución a muchos de los problemas que pueden surgir dentro de la organización.
“He preguntado en varias ocasiones a directivos si a lo largo de todos sus años de estudio y formación habían dedicado algo de tiempo, una sesión al menos, a enfrentar con rigor científico la cuestión de qué es una persona humana. Se dedican muchas horas y años al estudio de las matemáticas, la ingeniería, el derecho, etc. Pero no al tema más importante que debe conocer un directivo”, indica Alcázar.
Es importante que los directivos interioricen, como parte de la toma de decisiones, el carácter irreductible de cada persona, de cada quien. Un quién es un fin, no solo un medio. Y las personas son el fin de cualquier organización.
“A veces, podemos tratar a las personas también como medios, pero jamás deben ser tratadas solo como medios”, reflexiona el académico. “Si lo hace, el directivo puede incurrir en aprendizaje evaluativo negativo e insatisfacción afectiva”.
El profesor Ferreiro resalta la razón para emplear esa denominación. “Algunos le llaman gestión, pero esa es una palabra que se emplea para las operaciones, los aspectos financieros, de ventas o planeamiento. En cambio, la palabra gobierno, no. No se gobiernan las cosas; las cosas se administran. El gobierno es algo específicamente humano”.
Es así que el gobierno de personas consiste en el mando sobre seres libres. “Ello implica tratar a las personas como seres libres, de tal manera que al obedecer no pierden libertad ni se convierten en esclavos”, señala.
Ello se logra a través del involucramiento activo de las personas en la toma de decisiones. “Hay que preguntar qué les parece, si creen que lo decidido será eficaz, cómo puede hacerlo mejor, etc. Así, la persona se siente implicada en un proyecto y no solo utilizada”, agrega.
Por ello, el gobierno de personas debe buscar el crecimiento y desarrollo de los individuos. Al respecto, Ferreiro aclara que “esto significa que las personas estén mejor, sean más libres, responsables, más socialmente solidarias, etc. En suma, que crezcan y aumenten sus virtudes”.
Con tal propósito, las empresas deben actuar como centros de capacitación, no solo de producción de beneficios. “No puede suceder que el beneficio pase por delante del bienestar de las personas, o de su bien-ser. El objetivo debe ser que la gente tenga la oportunidad de aprender y adquirir virtudes humanas”, resalta el autor.
Tal y como indica Pablo Ferreiro, el gobierno de personas se dedica a desarrollar lo más importante que tiene una organización. “Mandar no es lograr que la gente simplemente ejecute una orden, sino que la entienda, quiera hacerla y se sume a esa idea”, reflexiona.
En línea con lo planteado, Ferreiro considera que las organizaciones deben tener como centro a la persona y su crecimiento:
Cada institución tiene un fin natural y debe ser el crecimiento de la persona. Las organizaciones deben cuidar a las personas, y no valerse de ellas como si fueran materia prima.
Esto, indica, tendrá un impacto en la persona. “Una persona bien formada rinde mejor que una mal formada. Está más contenta, satisfecha, más dispuesta para dar algo extra. Pero, para obtener ese resultado, hay que tener mucha dedicación, aprecio y respeto”, señala.
En ese sentido, quienes tienen puestos de responsabilidad en sus empresas tienen el deber de dar el ejemplo, mostrando siempre calidad profesional al ejercer el mando. “Ello se puede verificar en cómo se sienten las personas que reciben órdenes. ¿Sienten que crecen o se sienten maltratadas?”, reflexiona Ferreiro.
Según Manolo Alcázar, para lograr que las organizaciones estén mejor dirigidas es necesario que los directivos estudien y comprendan adecuadamente al ser humano. “Desde luego que todos necesitamos comprendernos, pero es una necesidad especialmente crítica en quienes dirigen a otras personas”, indica.
En ese sentido, la Maestría en Gobierno de Organizaciones tiene como propósito ayudar a los directivos a ser mejores tomadores de decisiones, brindándoles un contenido completo para la formación de altos directivos, que incluye una síntesis del conocimiento sobre cómo funcionan las organizaciones y cómo funciona el ser humano.
La Maestría en Gobierno de Organizaciones brinda una formación que garantiza el buen trato a las personas, de lo que se deriva la calidad de los productos y el ambiente de satisfacción”, señala Ferreiro.
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