Self management: el secreto de un buen directivo
El self management permite a los directivos trabajar en su autogestión para fortalecer sus habilidades directivas y tener un mejor desempeño en su vida personal y laboral.
El éxito de un directivo se basa, en gran medida, en su capacidad para gestionar las diferentes dimensiones de la organización de modo que pueda tomar buenas decisiones de manera oportuna. No obstante, hay una dimensión que también es un factor determinante en su desarrollo y es la capacidad para gestionarse a sí mismo.
¿Qué es self management?
El self management es la habilidad para regular las propias emociones, pensamientos, acciones y comportamientos de manera efectiva en determinadas situaciones. En muchos sentidos, es una práctica para lograr la autogestión y ejercer el liderazgo sobre uno mismo.
Se puede decir que no es buen directivo quien no sabe dirigirse a sí mismo. Es, por tanto, el punto de partida de cualquier trabajo directivo el saber cómo gestionarse a sí mismo.
Así lo indica Enrique Seminario, Director del Programa de Liderazgo Directivo del PAD-Escuela de Dirección.
El self management debe partir del autoconocimiento y la autocomprensión; es decir, entender a profundidad el propio estilo de trabajo, las fortalezas y debilidades, competencias y limitaciones, etc.
Del mismo modo, es necesario tener pleno conocimiento del propio temperamento y aquellas situaciones en las que uno rinde más o tiene más energía, cuándo comete errores, cuándo se está más entusiasmado y cuándo puede tender a perder el control.
¿Por qué es importante?
El self management permite a quienes lo practican llevar sus acciones por el camino de la razón. Los directivos que viven de esta manera tienden a tomar decisiones basadas en el intelecto y la reflexión. De este modo, generan un impacto tanto en su productividad y eficiencia como en su desarrollo personal.
Seguir este modo de gestión integra la prudencia como guía del actuar, siendo las acciones más razonables, lógicas y justas, dando menos lugar a lo emotivo. Y eso es precisamente lo que se espera de un directivo.
“Esto no quiere decir que el directivo no debe tener sentimientos. Por el contrario, hay sentimientos positivos que ayudan a tomar decisiones correctas y que se deben fomentar. Lo que se debe evitar son aquellas emociones negativas que nos impidan cumplir con nuestro deber”, indica Seminario.
¿Cómo desarrollar el self management?
En primera instancia, comenzar a desarrollar el self management requiere conocerse a uno mismo. El problema que puede surgir de ello es que, en más de un caso, la persona tiende a tener una visión distorsionada de sí mismo. En esos casos, el tener feedback de otras personas ayuda mucho.
Comenzar a practicar el sef management implica la incorporación de algunos hábitos o ejercicios en la vida diaria que faciliten el liderazgo personal o sobre uno mismo. Algunos de ellas son, por ejemplo:
1. El control sobre la emotividad
Este ejercicio requiere de la desdramatización de situaciones, dejando de lado lo personal y la carga emocional con la que se ve ciertas circunstancias.
2. Tener una mirada desde fuera
Aprender a tener una mirada objetiva sobre alguna situación permite generar un desdoblamiento del mismo para tener una mirada más objetiva. De igual modo, hablar con un tercero o escribir puede ayudar a poner distancia sobre un episodio intenso.
3. Pensar en las motivaciones
Cuando se enfrenta un reto o desafío particularmente difícil de realizar se recomienda pensar en los motivos por los que uno está realizando tal acción. Así puede ayudar a superar por elevación un evento que puede ser emotivamente intenso.
4. Ejercicios de mindfulness
Los ejercicios de esta tendencia que se basa en la fijación de la atención ayudan a luchar contra el estrés.
No obstante, el self management no se trata únicamente de la gestión del temperamento y el carácter, sino que también implica implementar rutinas orientadas a la gestión de las relaciones interpersonales. Y ello es esencialmente pertinente en los directivos. Por ello, se recomienda:
5. Practicar la empatía
Esto es clave en el desarrollo interpersonal, pues es el primer paso para la aceptación de los demás que, a su vez, será la causa natural para fomentar relaciones.
6. Gestión del tiempo
Los líderes deben tener en cuenta que el self management también debe practicarse a una mejor distribución del tiempo entre la vida laboral, familiar, social y personal.
7. Cultivar el networking
Mientras se suba más en la jerarquía de una organización, es más importante el formar relaciones. Por eso se recomienda especialmente a directivos autogestionarse para hacer networking más allá de su organización.
El self management es el primer paso en el aprendizaje y desarrollo de las habilidades directivas que todo líder debe tener para saber dirigir su organización. El PAD-Escuela de Dirección está comprometido con la formación de los directivos que el Perú necesita.
En esa línea, el Programa de Liderazgo Directivo orienta a sus participantes en el desarrollo de competencias directivas desde una perspectiva humanista para comprender mejor a la persona y la organización y liderar procesos de transformación.
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